Michael Ham – Equipo 1

Los objetivos de la misión

Objetivos generales para una misión tripulada a Marte:

Investigación de la habitabilidad:
Uno de los objetivos principales sería estudiar la habitabilidad del planeta Marte, incluyendo la búsqueda de evidencias de vida pasada o presente. Esto implica realizar análisis geoquímicos, geológicos y biológicos para determinar si Marte tiene o tuvo las condiciones necesarias para albergar vida microbiana.

Caracterización de la atmósfera:
Otra meta importante sería analizar la atmósfera marciana para entender su composición, su dinámica y su posible evolución. Esto proporcionaría información valiosa para investigaciones climáticas, estudios sobre la posibilidad de establecer una colonia humana y la planificación de futuras misiones de exploración.

Pruebas tecnológicas y de supervivencia humana:
Una misión tripulada a Marte también sería una oportunidad para probar y validar tecnologías avanzadas necesarias para futuras misiones espaciales de larga duración. Además, se podría evaluar la capacidad de los astronautas para sobrevivir y funcionar en un ambiente hostil y aislado, lo que brindaría información valiosa para futuras misiones espaciales de larga duración.

Reflejo del espíritu humano de exploración y descubrimiento:
Estas razones reflejan el espíritu humano de exploración, descubrimiento, búsqueda de vida y mejora de nuestras capacidades tecnológicas.

Desafíos técnicos y logísticos:
Sin embargo, es importante tener en cuenta que enviar una tripulación a Marte es un desafío técnico y logístico considerable que requerirá una cuidadosa planificación y consideración de los riesgos involucrados.

Lugar de amartizaje

Cráter Mawrth Vallis

La elección del lugar de aterrizaje en Marte:

Cráteres de impacto:
Marte cuenta con numerosos cráteres de impacto que podrían ser sitios de interés científico. Estos cráteres podrían contener evidencia de agua pasada o presente, minerales volátiles y material ejectado del subsuelo, lo que los convierte en ubicaciones propicias para buscar rastros de vida microbiana o estudiar la historia geológica de Marte.

Regiones polares:
Los polos norte y sur de Marte contienen grandes cantidades de hielo de agua y dióxido de carbono congelado. Explorar estas regiones podría proporcionar información valiosa sobre los ciclos del agua, los cambios climáticos y la posibilidad de obtener recursos necesarios para futuras misiones, como agua potable y oxígeno.

Valles y cañones:
Marte tiene valles y cañones prominentes, como el Valles Marineris, que son estructuras geológicas fascinantes y podrían revelar información sobre la historia tectónica y fluvial del planeta. Estas áreas podrían ser lugares adecuados para estudiar la presencia de minerales y la posibilidad de que haya existido agua líquida en el pasado.

Llanuras:
Las extensas llanuras de Marte, como las planicies de lava basáltica, podrían ofrecer un terreno relativamente llano y accesible para el aterrizaje y la exploración. Estas regiones podrían ser adecuadas para desplegar infraestructuras de apoyo, establecer una base o realizar experimentos científicos y tecnológicos.

Factores a considerar en la elección del lugar de aterrizaje:
Al seleccionar el lugar de aterrizaje, se consideran factores como la seguridad de la misión, la presencia de recursos naturales (como agua y minerales), la accesibilidad a la exploración científica, la proximidad a potenciales zonas de interés y la capacidad para realizar operaciones de reabastecimiento o retorno a la Tierra en el futuro. Es importante destacar que la elección final del lugar de aterrizaje requeriría un estudio exhaustivo y una evaluación detallada de los datos disponibles, así como la colaboración entre científicos, ingenieros y expertos en navegación espacial.

Candidatos potenciales:
Varias ubicaciones en Marte han sido consideradas como candidatas potenciales para futuras misiones de aterrizaje y exploración. Un ejemplo es el cráter Mawrth Vallis, que es interesante debido a la presencia de minerales hidratados en sus depósitos de arcilla. Estos minerales indican que hubo agua líquida en el pasado, lo que podría haber creado un entorno propicio para la vida microbiana. El cráter Mawrth Vallis ha sido considerado como un lugar prometedor para la búsqueda de rastros de vida pasada.